Una gran de las personas que llegan a consulta se sienten frustradas pues ya no les apetece salir. Se sienten mal por no estar haciendo nada por conocer a nuevas personas. No conocen a absolutamente nadie que les parezca interesante y optan por dejarlo estar.

En consecuencia, la clave para hacer buenas preguntas es ser observador. Ir con los ojos, los oídos y el sexto sentido bien afinados para captar aquellos sutiles detalles de una mujer que llamen tu atención.

Cada uno de ellos de nosotros adoptamos los deseos del modelo A para poder devenir el tipo de ser que el modelo es percibido ser, asumiendo que A es suficientemente bueno, cuando no el mejor o el único cuando a cierta categoría, tipo o clase.

En los primeros escritos charlamos de de qué forma llamarles la atención y como buscar la admiración de ellas por nuestra forma de ser, si conseguimos esto, ahora deberemos también ser buenos besadores para completar el cuadro que tenemos hasta acá.

Jamás camine con su cuello cara abajo, demostrará un bajo perfil, tal y como si escondiera algo, como si temiese al resto de la gente. Las mujeres lo verán como un hombre poco atractivo y quizás ni le presten atención.

Mucho hemos hablado de que la relación de pareja es de 2, no obstante, el resto del mundo cree tener la autoridad moral para meter su cuchase y opinar. Este es un tema delicado, puesto que normalmente quien opina, es la gente más próxima y que más queremos, llámese progenitores, hijos, hermanos o bien amigos.

Nuestra más ancestral del cerebro se ha puesto en funcionamiento de la misma manera que lo hace cuando tu jefe te llama al despacho para hablar contigo y se te acelera el pulso. No sabemos qué desea y nuestro cuerpo se prepara para entrar en acción, por si acaso nuestra supervivencia está en juego.

Al parecer lo importante es tener una oración increíble y adecuada que la haga caer a sus pies pero no es de esta manera, lo más importante es el lenguaje anatómico, la forma en que se afirma y no tanto el contenido de la oración.

Ciertamente, yo ya había llevado a cabo importantes descubrimientos sobre el juego de la seducción por mi cuenta. Lo había hecho tanto gracias a mis propias experiencias como a la investigación de individuos inusuales a los que he tenido el honor de conocer personalmente.

En su caso concreto, no mienta en su carta cuánto tiempo hace que se operó… pero, de cualquier forma, le sugiero que no sea impaciente. No olvide que ha perdido algo que, aunque no era el centro de su sexualidad, sí era una esencial de su personalidad.